No será sino hasta que se reanude el crecimiento económico que el mercado regional de trabajo comience a mostrar signos de recuperación, con el agravante de que la calidad del empleo a generarse podría desmejorar significativamente.
Millones de micro, pequeñas y medianas empresas (Pymes) en Latinoamérica y el Caribe se vieron forzadas a cerrar sus puertas como consecuencia de la pandemia, considerándose a la pérdida de empleo en esta región como la más grave del mundo, situación que sólo podrá revertirse a muy largo plazo, según el informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre las perspectivas sociales y del empleo para 2022.
“El hecho de que las proyecciones para Latinoamérica y el Caribe sean las menos optimistas obedece a una serie de razones, las cuales nos llevan a concluir que no volveremos a la situación de 2019, antes de la pandemia, sino a la de 2013 en el mejor de los casos”, afirmó el director del Departamento de Investigación de la OIT, Richard Samans.
Las empresas pequeñas fueron las más afectadas por la destrucción del empleo y por la disminución de las horas laborales. Las posibilidades de trabajo para mujeres, jóvenes y personas menos calificadas se han visto igualmente reducidas.
Datos preocupantes para América Latina
Mientras que en 2019 la participación de la fuerza laboral fue del 62,7%, en 2021 se redujo a 60,2%, este año se situará en 61% y se espera que en 2023 sea de 61,2%.
Antes de la pandemia la tasa de desocupación era del 7,9%, pero repuntó a 10% en 2021, y se estima que disminuya a 9,3% este año y al 8,8% en 2023.
La tasa de participación en la fuerza laboral de las mujeres latinoamericanas será del 49,4% para este año, por debajo del 51,1% de 2019, al tanto que la tasa de desocupación femenina subió del 12,3% al 14,8%.
Conforme a la OIT, el empleo no crecerá tanto como la economía, que en 2021 creció 6% en la región, resultado en el que mayormente influyeron Brasil y México.
Panorama mundial
Tanto la incertidumbre como el alargamiento de la pandemia provocaron que las proyecciones de recuperación de empleo estimadas para este año se vinieran a menos.
Se prevé una disminución de 52 millones de plazas de trabajo a tiempo completo en relación con el último trimestre de 2019, cuando se esperaba que en todo 2022 se perdieran 26 millones.
No obstante, este no es el pronóstico más pesimista del estudio realizado por la OIT, ya que la recuperación asimétrica que se ha iniciado ya comenzó a desencadenar “efectos en serie a largo plazo que podrían arruinar la recuperación”.